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Mostrando entradas de enero, 2019

Perdonar es una locura

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No hay cosa que nos libere más que recibir el perdón... Y el perdón es algo que viene de fuera, que nos tiene que venir dado. Recibimos el perdón. Es un regalo. Que se nos perdone algo malo que hemos hecho nos sana, nos hace libres... El mal seguirá estando allí, ya está hecho, pero que nos perdonen nos permite seguir adelante. Perdonar es según la RAE: perdonar Del  lat.  tardío  perdonāre,  de  per-  'per-' y  donāre  'dar'. 1.  tr.   Dicho   de   quien   ha   sido   perjudicado   por   ello :  Remitir   la   deuda ,  ofensa ,  falta ,  delito   u   otra   cosa . 2.  tr.   Exceptuar   a   alguien   de   lo   que   comúnmente   se   hace   con   todos ,  o   eximirlo   de   la   obligación   que   tiene . 3.  tr.   Renunciar   a   algo   o   privarse   de   ello .  No   perdonar   ocasión   de   lucirse .   No   perdonar   un   baile . 4.  tr.   Renunciar   a   un   derecho ,  goce   o   disfrute . Por contra, vengar es según la RAE: ve

Juguetes y mantas. Panes y peces.

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“En aquel tiempo, Jesús vio una multitud y le dio lástima de ellos, porque andaban como ovejas sin pastor; y se puso a enseñarles con calma. Cuando se hizo tarde se acercaron sus discípulos a decirle: Estamos en despoblado, y ya es muy tarde. Despídelos, que vayan a los cortijos y aldeas de alrededor y se compren de comer. Él les replicó: Dadles vosotros de comer. Ellos le preguntaron: ¿Vamos a ir a comprar doscientos denarios de pan para darles de comer? Él les dijo: ¿ Cuántos panes tenéis ? Id a ver. Cuando lo averiguaron le dijeron: Cinco, y dos peces .  Él les mandó que hicieran recostarse a la gente sobre la hierba en grupos. Ellos se acomodaron por grupos de ciento y de cincuenta. Y tomando los cinco panes y los dos peces, alzó la mirada al cielo, pronunció la bendición, partió los panes y se los dio a los discípulos para que se los sirvieran. Y repartió entre todos los dos peces. Comieron todos y se saciaron, y recogieron las sobras : doce cestos de pan y de peces. Los que

Y sonriendo, se marcha...

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Estos días, o mejor dicho, estas noches, al mirarla, pensaba: Empiezas el año marchándote con una sonrisa para dar importancia a las estrellas y que alumbren todas ellas el camino de Belén. Donde esperarás a quienes las sigan, acompañada y agradecida, con el mayor regalo. Ojalá algunos perciban tu pérdida al mirar al cielo y sepan dejarse guiar por esas estrellas que les llevaran a un lugar chiquito donde está un niño al que le pueden regalar todo.  Aunque sea viejo, gastado, sin envolver y vergonzoso. Aunque no alumbre como el oro, aunque huela más fuerte que el incienso o su sabor sea más intenso que el de la mirra. Él lo recibirá alegre, se quedará esos regalos, e invitará a quedarse, a tumbarse junto a Él, a los más generosos.  Para que así puedan tener la paz de haber dejado los pesados regalos en las chiquitas manos de un niño que es Dios. Él se encarga. La otra noche cogí el coche de mi madre y me fui al Mirador de Sarrià. Veía la luna encima de Barcelona. Era día 1, de h

un abrazo, Carla

El otro día me puse a pensar en algo... estaba escribiendo un email y al terminar, escribí como de costumbre: “un abrazo, Carla” Y me quedé pensando…  que bonito que se firme así, con un abrazo,  pero, a la vez, que pena que no sea real ese abrazo,  que pena que se quede como una forma cordial de despedirse.  Porque quizá la persona que recibe el email necesite sentirse abrazado de verdad. Y es probable que ese “un abrazo” escrito le sepa a poco.  Y como no nos va a saber a poco un abrazo escrito sabiendo que aspiramos a un abrazo de verdad... que verdad es que aspiramos a cosas grandes, cosas reales... Y es que hay abrazos que curan... Que bonita sensación la de sentirnos abrazados por alguien que nos ama.