un abrazo, Carla

El otro día me puse a pensar en algo...
estaba escribiendo un email y al terminar, escribí como de costumbre: “un abrazo, Carla”
Y me quedé pensando…  que bonito que se firme así, con un abrazo, 
pero, a la vez, que pena que no sea real ese abrazo, 
que pena que se quede como una forma cordial de despedirse. 
Porque quizá la persona que recibe el email necesite sentirse abrazado de verdad. Y es probable que ese “un abrazo” escrito le sepa a poco. 

Y como no nos va a saber a poco un abrazo escrito sabiendo que aspiramos a un abrazo de verdad... que verdad es que aspiramos a cosas grandes, cosas reales...
Y es que hay abrazos que curan...

Que bonita sensación la de sentirnos abrazados por alguien que nos ama. 

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