La Estampita de la Vaca


Sobre lo de la vaca sagrado corazón:


La noche del 31 de diciembre nos reunimos con familia y amigos para celebrar el nuevo año y en el 90% de las casas se pone la televisión para escuchar las últimas doce campanadas del año para abrir el siguiente.

Las emisoras ofrecen a parejas de celebridades para presentar el evento y compiten por seducir los hogares y que vean ese entrañable momento en su canal y con su propuesta.

Recuerdo en mi niñez ver a Ramón García con su capa española y a la siempre elegantísima Anne Igartiburu.


Desde hace unos años creo que se empezó a vulgarizar este evento. Todo empezó, creo recordar, con la expectación de unos vestidos bastante vulgares y poco femeninos de Pedroche que daban a la emisora las audiencias soñadas. En muchas casas empezaban el año viendo a una mujer algo chabacana vender su cuerpo por no conocer su valor y dignidad. Esto se convirtió en un ritual patético y en una competición entre televisiones que cuanto más vulgares y chabacanas fueran sus campanadas, más apreciadas eran por el mismo público. Que se eligiera en su momento a Pedroche no es más que un síntoma de lo que la audiencia quiere (y la audiencia somos el conjunto de personas que deciden poner un canal y no otro). Pedroche, en este caso, solo es un triste producto que vende y que la sociedad aborregada elige.


Este año la audiencia no se la ha llevado, por poco, los pocos centímetros de ropa del atuendo de Cristina. En las casas se ha elegido mayoritariamente sintonizar la televisión pública cuya pareja de presentadores son dos trolls-comediantes millenials que con su aparente campechanería y rapidez mental hacen gracia y caen bien a muchos: David Broncano (famoso por sus programas La Resistencia y ahora La Revuelta) y Lalachus (de la escuela de los Javis, colaboradora de La Resistencia y La Revuelta y copresentadora en galas de Operación Triunfo). 


Tras alguna polémica superada por comentarios desafortunados sobre el aspecto físico de Lalachus todo apuntaba a que las campanadas en las televisiones españolas iban a desarrollarse un año más con la soez y vulgaridad a la que nos estamos, tristemente, acostumbrando. Pedroche por un lado, y estos dos pseudocomediantes por otro.


En casa de mi abuela, por costumbre, se puso La 1 para recibir el 2025 (después de Cristo, dicho sea de paso, por si se nos olvida el porqué contamos los años como los contamos). Me quedé bastante triste cuando Lalachus empezó un discurso bastante pobre sobre que “estamos hechos de trocitos de tele” y, seguidamente, diciendo en tono simpático que todos hemos visto Gran Prix y que nos ha configurado, mostró una estampa de una vaca con el cuerpo de la iconografía del Sagrado Corazón de Jesús.


No es la primera vez, ni me considero profeta si digo que no será la última, que suceden este tipo de cosas con iconografía cristiana. Se ha dado en ocasiones con imágenes de futbolistas, famosos y otros. Y aquí es donde quiero abrir varios puntos.


Por un lado, hay que hablar de la ordinariez de oferta televisiva que tenemos delante que es un auténtico insulto al ser humano, a su inteligencia y a su sensibilidad. Con intención de aborregamiento o no, bobos somos si nos conformamos con consumir “entretenimiento” con tan poca altura.


Por otro lado, hay que darle la razón a Lalachus cuando dice que muchos “estamos hechos de trocitos de televisión” y ese es un GRAN drama.


Tercero, lo de Broncano y Lalachus es un gran síntoma de lo desarraigados que estamos los jóvenes. Somos una generación totalmente desheradada. No entendemos nuestra cultura porque no nos han permitido conocerla y nos burlamos de muchas cosas ya no por maldad sino por verdadero analfabetismo. Me atrevo a afirmar esto porque yo misma hace unos años hubiese podido hacer esa broma de la estampita y la vaca con ninguna maldad de fondo y os prometo que lo hubiese hecho desde la incultura y por puro desconocimiento de quien es Jesús o su Sagrado Corazón y sin entender por qué a alguien podría molestarle algo tan “inocente” y “sin maldad”. Y es aquí donde veo el gran problema y lo que me da tanta pena: nuestra generación no tiene ni idea de por qué vive en 2025 y no en 3084 y no tiene ni idea de por qué debería importarle o interpelar esa persona histórica que fija el tiempo en occidente y cuyo Sagrado Corazón se venera. Somos una panda de incultos insaciables viviendo como peonzas, conformándonos con propuestas mediocres y discursos de gran bajez que nos anestesian mientras nos convertimos en ciudadanos desarraigados y titeres maleables que no saben ni de dónde vienen, ni quiénes son, ni a dónde van. Y por el camino, vamos banalizando lo importante porque nadie nos ha enseñado que lo es.


Seamos honestos: cuando no hay culto se pierde la cultura. Cuando todo es sujeto de ser sagrado nada lo es. Esa pobre y joven mujer es demasiado ingenua como para darse cuenta de que lo que ha hecho es tirarse piedras sobre su propio tejado. Por eso pienso que ojalá esto pudiese servir para que explicaramos lo que es el Sagrado Corazón de Jesús: que nuestro Dios tiene corazón de carne, que nos sana y que por eso es sagrado. Debemos plantearnos seriamente como ofrecer a esta juventud, fan de los trolls y completamente desarraigada, la noticia de que lo que pasó hace 2025 años tiene algo que decirles a ellos en su realidad de ahora. Tenemos que volver a anunciar, y con más insistencia que nunca, la Buena Nueva porque esta generación se pierde por desarraigo. Nunca había visto más claro ese: “perdónales porque no saben lo que hacen”. Que esto nos despierte y nos ponga en marcha para anunciar la Verdad, el Bien y la Belleza a una generación a la que han entrenado para banalizar la mentira, el mal y lo feo.


«¿Es que poseemos tan poco sentido de la contención que dejamos que nos irrite la mofa de un necio?» decía CS Lewis.


Algunas de las reacciones ante la tontería de la estampita son comprensibles. Sin embargo, creo que los cristianos sabemos que contamos con un Dios que está por encima de todo esto. Que no nos extrañen mucho las ofensas porque estábamos avisados desde el año 0 y sabemos que ser cristiano conlleva eso.

Alguien podrá decir: “esto no se atreven a hacerlo con otras religiones” y pienso que precisamente, es normal. Los cristianos somos los únicos que tenemos el perdón por bandera y el cristianismo es el único que de verdad defiende la libertad para elegir hacer lo que cada uno considere. Y, a su vez, si la idea fuese atacar las raíces de occidente, claro está que las raíces son cristianas y no musulmanas o budistas.


“Cuando os persigan y os insulten por mi causa, alegraos y regocijaos porque vuestra recompensa será grande en el Cielo” dice Jesús en las Bienaventuranzas. Entiendo que cueste poner la otra mejilla y que parezca surrealista hacerlo en según qué casos pero a quien quieren ofender es a quien no puede ser ofendido porque ya lo ha superado todo. Nadie, por muy grande que se crea, puede ofender a nuestro Dios que es tan grande que se hizo pequeño. No nos olvidemos de quien es nuestro Dios y de como da la cara por nosotros. Si nos ofendemos por todo ¿verdaderamente tan grande es nuestra fe? 


Que nuestra respuesta mate el mal desde la indiferencia a sus ofensas. Como si un niño pequeño te intenta dar patadas y tú te ríes pensando: pobre, se cree muy fuerte. Nuestra fe y nuestro Dios está por encima. Nuestro Dios es hombre pero también es Dios, que no nos olvidemos de eso. Que estas situaciones nos impulsen a servir a la Verdad con caridad y firmeza pero jamás devolviendo con la misma moneda o desde el odio y el rencor. Como dice una canción que escuchaba en mi adolescencia: “kill them with kindness”. Venzamos al mal con el Bien y hagamos actos de desagravio cuando haya que hacerlos pero no desde el odio ni desde una mirada altiva. No hagamos bandos porque esto es una batalla espiritual, no entre hermanos como tal. Y hay que batallar astutamente. Tomemos el protagonismo y veamos qué hacer para anunciar el Evangelio al mundo entero porque la idea, desde siempre, ha sido llegar a los confines y no solo geográficos. Seamos creativos en esa misión y dejemonos de ser ofendiditos porque esa actitud nos acomoda en lugar de ponernos en misión.


Por terminar, decía Carlos Marín-Blázquez el otro día: “La perversidad de un régimen se manifiesta también en cómo degrada las expectativas estéticas de la sociedad: chabacanería, feísmo, profusión de bufones... Por eso, la búsqueda de la belleza es un acto de máxima subversión, una causa política de primer orden.”


Reivindiquemos seriamente la belleza porque lo contrario es un verdadero insulto a nuestro ser persona. Y demos gracias de que el Concierto de Año Nuevo sigue celebrándose y emitiéndose en televisión porque es uno de los últimos resquicios de la Europa que elevaba al hombre a su verdad trascendente. Una Europa culta y sensible, que reivindica su legado e historia celebrando la belleza en su máxima expresión. Exijamos lo que merecemos.


Sagrado Corazón en Vos confío.



Comentarios

  1. Gracias por este artículo, Carla. Me ha llegado al corazón, conmovido y convencido.

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  2. ¡Gracias, Carla!
    ¡Preciosa reflexión! 😍

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  3. Gracias Carla, porque me has ayudado a ver lo que para mí era una ofensa, con ojos de misericordia.

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  4. Gracias Carla, por poner en letras lo que muchos pensamos y reivindicamos. Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío !!!

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  5. Gracias por poner palabras a lo que pienso, siento y creo.

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  6. Gracias por poner un poco de calma y, sobre todo, sensatez. Sagrado Corazón de Jesús, en ti confío.

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    Respuestas
    1. Me parece una reflexión sencilla y profunda. Nos interpela sobre la realidad de nuestra fe, y de nuestra actitud ante la vida. Enhorabuena Carla

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  7. Eso es lo más sensato que he oído...me ha ayudado y confirmado en mis deseos.
    Creo que por el camino he olvidado, mucho mucho , ensalzar la belleza de mi entorno. Gracias mil!

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  8. Me encantan tus palabras, llenas de un realismo que a algunos cuesta aceptar. Es verdad que está generación no sabe valorar lo que con tantos siglos de poso cristiano lleva en las venas. Y muy certeramente citas a ese Corazón de Cristo en la cruz, clamando por su pueblo : Padre, perdónales por qué no saben lo que hacen. ¿O si?aún así El mete esas miserias en su Corazón amorosísimo, sin esperar que contestemos.
    Gracias!!

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  9. Gracias Carla, nadie lo puede expresar mejor. Jesús en tí confío.

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