Cumplir los propósitos

Cuando tomas una decisión la tomas tú siendo tú y no tú en esas circunstancias. Pero las circunstancias existen y llega febrero y empiezas a flaquear con tus propósitos de año nuevo…

Y de nuevo el curso escolar y volvemos a ver luz al llegar septiembre ¿y si me planteo, de nuevo, propósitos? ¿Esta vez lo voy a poder conseguir?

Quizá tengamos que integrar, en nuestros intentos por vivir, la realidad de los fracasos, pequeños o grandes, que hacen difícil ese deseo de crecer que también pugna en nosotros. Quizá haga falta detenernos, cuando en Diciembre, antes de terminar el año, digamos “esto empecé y ya lo he dejado”, cuál es el motivo por el que lo he dejado. Hacernos cargo de nuestras ausencias, de nuestros cansancios, de nuestros abandonos, es también hacernos cargo de nosotros mismos, y un requisito imprescindible para seguir creciendo.

Porque la ilusión con que comienzas los propósitos de septiembre pasará. Pero las ganas de vivir de verdad, la esperanza de que la vida sea lo que quieres que sea, va más profundo, y se mantiene a lo largo del tiempo. Te toca a ti cavar más profundo y rescatar tus deseos de fondo, tus certezas más propias, cuando aparezcan los olvidos, los fracasos, los miedos… eso que hay en ti de más profundo es consistente para hacer frente a todo eso que amenaza la vida.

Recuerdo que en la universidad nos hablaban de dos ideas muy interesantes. Una era la importancia de tener un porqué y que todo se articulara rodeando ese “Why”. ¿Cómo vas a ser fiel a tus decisiones si no estás enamorado de ellas por qué tampoco sabes porqué quieres tomarlas? Si no estoy enamorado de mi vida, de quien soy y de quien quiero ser me parece imposible mantenerme un solo día en un propósito noble por mucha motivación que haya habido.

La segunda idea es que para cumplir los objetivos estos tienen que ser SMART (Específicos, Medibles, Alcanzables, Relevantes y con una Temporalidad específica).

“Las cosas comienzan pequeñas, pero ahí en el comienzo, está todo. Si traicionas el inicio, traicionas el todo. Si el todo va mal, es porque estás fuera del mapa del inicio. Si quieres recomenzar debes volver al inicio y encontrar lo que es vital para ti.” Fabio Rosini







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