Eres un Ferrari

Eres un Ferrari así que no te comportes como si fueras un Fiat Multipla.

Somos lo más parecido a la perfección que existe. Somos el Ferrari de la creación. 

Si estás en un circuito siendo un Ferrari es un desperdicio que no te pongas a 300km/h.

Me pasa en muchas ocasiones que me es más cómodo entregarme a medias. Ir a 30 km/h. No vaya a ser que me desgaste mucho. Me pasa que a veces amo de forma mediocre. (De hecho, amar de forma mediocre suele ser usar, no amar).

Llevo días que le doy vueltas a esto por lo siguiente. Me conozco y sé que tengo un corazón grande, sé que Dios me ha dado una gran capacidad de amar, sé que me puedo entregar de grandes formas y que me siento muy feliz cuando amo al 100%. Me conozco. 

Sin embargo, a veces el egoísmo me puede. Me cuesta empatizar y acabo dando a medias. Lo justo para salir del paso. Dejo de mirar a los ojos a la persona que tengo delante y solo me veo a mí y a mis circunstancias. Me veo yendo a segunda marcha. Que no me canse mucho cuando me entregue y que tampoco se desajusten demasiado mis planes. 

Recientemente he actuado así en una situación. He sido una Carla profundamente mediocre, he ido a 30km/h. Me he dado a medias, si ha llegado, y me he dado mal. Y lo he hecho con una de las personas más importantes de mi vida: mi abuela.

No la he hecho sentir querida, yo que tanto predico. Me ha molestado cada vez que se cruzaba en mi camino. Me ha molestado que se quejase. Que no pudiera dormir. Que perdiera movilidad. Que no pudiera ir al baño sola. Que fuera lenta al andar y al comer. Me ha molestado moverla de su sillón al sofá para que estuviera cómoda. Y, encima, me he quejado por mi “dura” situación de privilegiada al disponer de tiempo para cuidarla. Me he comportado como una auténtica niñata.

He sido un Fiat Multipla tronado con ella y se merecía más que nadie que yo fuera yo. Que la amara como sé amar. Merecía que usara mis 800 caballos con ella. Se lo merecía porque los tengo. Por qué puedo darme así. Por eso y porque ella es merecedora de sentirse la mujer más querida del mundo (como cada ser humano).

Necesito dejar de quejarme a veces por no ser un Fiat Multipla cuando soy un Ferrari. 

Ahora, le pido que mejore pronto. Que, por favor, salga pronto del hospital. Que me de la oportunidad de ser coherente con el Ferrari que soy. Necesito que el Cielo me dé la oportunidad de cuidarla y quererla como se merece. 

Os cuento esto porque muchas veces la insatisfacción viene por no ser lo que somos. Por qué cada corazón se realiza cada vez que ama a cada persona hasta el extremo. Cosa que yo no he hecho últimamente con mi abuela. Sé la insatisfacción y el malestar que eso produce y espero (voy a poner todos los medios) nunca más sentirme así.

Espero que esto que os comparto pueda ayudar a ver a alguien que nuestra potencia de amor es ENORME y que solo somos felices cuando amamos a 300km/h. Cuando cuidamos a cada uno con una entrega desmedida. 

(Escrito 23 de julio de 2021. Mi abuela finalmente falleció y no la pude amar como se merecía)

Carla